Melinda y Melinda

Melinda y Melinda

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  • Titulo original: Melinda and Melinda
  • Dirección: Woody Allen
  • Género: Comedia dramática
  • Protagonistas: Radha Mitchell - Will Ferrell
  • País: Estados Unidos Año: 2004
  • Duracion: 1h40'
  • Elenco: Chiwetel Ejiofor - Will Ferrell - Amanda Peet - Jonny Lee Miller - Radha Mitchell
  • Sitio oficial IMBD
  • Tipo: Película
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Ficha

Resumen

Melinda y Melinda combina la comedia romántica y el drama de una forma única como sólo Woody Allen puede hacerlo. Se desarrolla en Manhattan y testimonia los esfuerzos de Melinda (Radha Mitchell) por enderezar su vida. La película está estructurada en torno a dos historias paralelas que en realidad son la misma historia, contada alternativamente como drama o comedia.

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Comentario de Cartelera.com.uy

Reír o llorar

Desde hace algunos años tengo la sensación de que vengo escribiendo lo mismo ante cada nueva película de Woody Allen, casi como si se tratase de la misma película. Y es que en parte lo siento así: una buena idea, o un buen chiste, que se estira por casi dos horas entre diálogos más o menos ocurrentes, generalmente bien actuados.

Y miren que lo digo con lástima, porque considero que Allen es uno de los grandes creadores del cine norteamericano de los últimos 30 años. Pero aquella magia, aquel talento, aquellas historias y aquellos personajes que volveríamos a ver una y otra vez en joyitas como Annie Hall (1977), Manhattan (1979), La Rosa Púrpura del Cairo (1985), Hannah y sus Hermanas (1986), La Otra Mujer (1988), Crímenes y Pecados (1989), Maridos y Esposas (1992), Disparos sobre Broadway (1994), Dulce y Melancólico (1999), sencillamente ya no están.

Lo peor es que todo lo demás está ahí: los títulos con la misma tipografía en blanco sobre fondo negro, la música de jazz, el elenco en orden alfabético (casi siempre inevitablemente encabezado por el propio Allen, aunque no en este caso), los personajes que intelectualizan casi todo lo que les pasa, por supuesto Nueva York. Pero, y ¿qué más?

En Melinda y Melinda ese “qué más” es, otra vez, una buena idea: cómo los seres humanos podemos llorar o reírnos de una misma situación, según el punto de vista desde el cual se la mire. El problema es que la buena idea no tiene detrás una buena historia que la sostenga. Allen se limita a ilustrar una historia inventada (o no, no importa) que comparten cuatro amigos mientras hacen tiempo sentados en un restaurante. Esa es la verdadera película de Woody Allen; la historia de Melinda es simplemente la ilustración (aburrida, ni lo suficientemente cómica, ni lo suficientemente dramática) de la tésis que sostienen esos personajes que abren y cierran la película: una historia puede ser cómica o dramática, según quién la cuente y según cómo se la cuente. No sé si quedó claro… Como si el espectador fuera tarado, Allen se lo hace decir al personaje de Wallace Shawn al final de la película, por si acaso.

Es probable que Melinda y Melinda haya surgido de una sobremesa con amigos como la de la película. Seguro alguno de ellos le dijo, “Hey Woody, ¿por qué no convertís esta charla en tu próxima película?”

Mi tésis, por otro lado, es que Woody ya no tiene nada nuevo que contar. Vive como aislado del mundo, sin contacto con los dramas reales de la gente y sin mayores problemas él mismo que lo motiven. Hace rato ya que filma sin pasión, haciendo películas como quien celebra la Navidad: porque así lo marca el calendario. Él mismo ha reconocido en entrevistas que hace películas porque de lo contrario se aburriría. ¿Pueden creerlo? El tipo es un buen escritor (cuando quiere), pero como director de cine hace rato ya que se limita sólo a poner la cámara frente a un grupo de actores que se defienden como pueden (Radha Mitchell se defiende bastante bien, dicho sea de paso).

Tal vez sea cierto eso que dicen algunos, que Allen debería tomarse un año sabático y pensar mejor su próxima película; quizás sea cierto eso de que escribir una película por año ya se ha vuelto un trámite repetitivo y desgastante. Para mí como espectador, lo es sin duda. Mientras miraba alguna de las aburridas escenas de la película (probablemente algún momento en que Melinda cuenta las tragedias que le han pasado) se me venían a la memoria imágenes de sus anteriores grandes películas. El desparpajo de Diane Keaton en Annie Hall, el dilema moral del oftalmólogo Martin Landau en Crímenes y Pecados, la crisis personal de Gena Rowlands en La Otra Mujer. Aquella escena maravillosa de Maridos y Esposas en que Judy Davis intentaba tener una cita con un hombre, pero no podía parar de llamar a su ex marido para insultarlo una y otra vez, ante la atónita mirada de su nuevo pretendiente.

Y entonces me acordé que Maridos y Esposas coincidió precisamente con su inminente separación de Mia Farrow. Tal vez esa sea nuestra única esperanza: la próxima gran crisis en la vida personal de Woody Allen.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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