Ficha
- Muestra: El lienzo familiar
- Género: Pintura
Ficha
Resumen
El lienzo familiar - Retrospectiva de Juan Carlos Figari Castro
Es discutible aseverar que la obra de Juan Carlos Figari Castro (Montevideo 1861 – París 1927), haya crecido a la sombra de la de su padre Pedro Figari. Esta afirmación realizada por la crítica durante años, es refutable al investigar la obra de ambos(1). Un estudio minucioso, refleja que sus derivas creativas, pese a la cercanía y estrecha colaboración, fueron distintas.
Su hermana Delia señalaba: “mi padre y Juan Carlos, que entonces tenía diecinueve años, en los ratos libres dibujaban o pintaban. Iban al Prado o a las viejas quintas a tomar sus apuntes”(2) . No es de extrañar entonces, que muchos de los temas plasmados en sus telas se vincularan tangencialmente, aunque fueran logrados con un abordaje y paleta particulares. Es clara además, la diferencia del universo de personajes representados en los óleos de Juan Carlos Figari: mujeres trabajando, escenas cotidianas, infancias, sus hermanas.
“Quiero que quede claramente establecido que Juan Carlos cooperó con mis investigaciones y mis tentativas para crear un arte regional...” (3) Su temprana muerte, impidió que su trayectoria fuera más vasta y quizá enriquecida por otros abrevaderos, si es que entre sus propósitos, estaba seguir con su producción pictórica.
Podríamos establecer un paralelismo entre esta producción y la de Pieter Brueghel el Viejo (Bruselas circa 1526- 1569) y su hijo Pieter Brueghel el Joven (Bruselas 1564-1638), donde observamos también, que si bien compartieron apellido y temáticas, se diferenciaron más allá de sus paletas, manteniendo una impronta personal, aunque conformaran una especie de lienzo o legado familiar.
Lic. Rosana Carrete
Directora
Museo Histórico Cabildo
1.Thiago Rocca, P. El otro Figari. El Arquitecto- Retrospectiva de Juan Carlos Figari Castro. Museo Figari, 2011.
2. Figari Delia. Tan fuerte como el sentimiento. Impresora Colombo, Buenos Aires, 1958.
3. Ardao A, Pedro Figari, Educación y Arte. Biblioteca Artigas, Montevideo, 1965.
Fuente: Museo Histórico Cabildo
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Salas
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04/10/2025 - 02/05/2026
- Lunes a viernes de 11 a 17:45 h , sábados y feriados laborables de 11 a 17 h
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Comentario de Cartelera.com.uy
La punta de la madeja
La exposición de pinturas y dibujos de Juan Carlos Figari Castro (Montevideo 1861 – París 1927), el primogénito varón del artista y pensador Pedro Figari, retoma una hipótesis planteada en una exposición retrospectiva de Juan Carlos realizada en el Museo Figari en el 2011, año que se conmemoraba el sesquicentenario del nacimiento de Pedro Figari.
En aquella muestra, que incluía en régimen de préstamo todas las pinturas que se exhiben en la presente exposición del Cabildo (no así los dibujos) se sostenía, a contracorriente de lo que la crítica había aseverado hasta entonces, que Juan Carlos no era un mero seguidor de su padre, sino que juntos, con algunas diferencias dignas de atender, habían alcanzado el "estilo" Figari, ese que reconocemos cabalmente en la obra de Pedro, ya que este último fue quien pudo desarrollarlo.
Juan Carlos murió muy joven (a los 33 años) y había abandonado la pintura luego de la primera exposición que realizaran junto a su padre en Buenos Aires, en 1921. En ese momento, Juan Carlos decide hacerse a un lado para apoyar y gestionar la carrera paterna.
Juan Carlos había acompañado a su progenitor en cada uno de sus grandes emprendimientos creativos. Para empezar, salían a pintar al aire libre por las quintas del Prado con los también pintores Pedro Blanes Viale y Milo Beretta, cuando era apenas un adolescente. Había colaborado, recién recibido de arquitecto, con la reforma pedagógica de su padre en la Escuela Nacional de Artes y Oficios (1915-17). Había pintado a la par en Buenos Aires, a donde emigraron y expusieron juntos por primera vez, como ya se ha dicho. Y también, después, abandonada su actividad pública como artista, había apuntalado la vertiginosa trayectoria profesional de Pedro Figari en Europa, a donde marcharon juntos en 1925.
Pero su inesperada muerte en 1927, a los 33 años de edad, vino a clausurar esta promisoria carrera de pintor que había quedado en suspenso, y significó un durísimo golpe anímico para su padre.
El parecido entre las pinturas de Pedro y Juan Carlos es superficial. Cierto es que los temas son los mismos: danzas criollas, escenas de costumbres rioplatenses, candombes... aunque también allí hay matices: Juan Carlos pinta niños jugando, y mujeres y hombres trabajando, cuestiones en las que su padre no incursionó.
Las diferencias importantes son formales: una espacialidad más acusada, con una perspectiva más convencional propia de sus estudios de arquitecto, una línea más definida y no tan suelta, una relación tonal distinta, con fuertes contrastes cromáticos –no tan ajustada y fina como la de don Pedro–, detalles en los rostros de las figuras más definidos y grotescos.
Pero aun cuando fueran similares, y en ciertos puntos se tocan, la datación de los cuadros nos proporciona unos indicios sorprendentes. "Luna en la enramada", un óleo sobre tela de Juan Carlos que aparece firmado y fechado en 1917 demuestra la soltura del trazo, la pintura de mancha, el abocetamiento, que serían características de la obra del padre... pero tiempo después. Figari ese año y los siguientes dos aún cubre toda la superficie de la tela y tiene una pincelada más firme, menos libre. Esta sola pintura –pero hay más evidencias– confirma que Juan Carlos fue "descubriendo" a veces a la par, pero también antes, los recursos técnicos que les proporcionarían a ambos, y sobre todo a su padre, la libertad para avanzar en un camino plástico, que, demás está decirlo, luego desarrollaría con innegable maestría.
De modo que cuando Pedro Figari afirma: «Quiero que quede claramente establecido que [Juan Carlos Figari Castro] cooperó a mis investigaciones y a mis tentativas para crear un arte regional, para reconstruir la leyenda del Río de la Plata, y que me secundó eficazmente con un sentido estético, artístico y crítico, sano y muy agudo, al punto de que no puedo afirmar que yo hubiera podido, sin él, hacer la obra que resume las ansiedades y las aspiraciones de una vida larga y accidentada como la mía»,1 no estaba haciendo simplemente un descargo de amor filial, sino que se refería a una realidad muy concreta, que la crítica nunca se dignó a escuchar. Su hijo lo ayudó a un punto que no hubiera podido hacer carrera pictórica sin él.
La exposición "El lienzo familiar" aporta, con un buen número obras bien escogidas, más fotografías y documentos, un camino serio para profundizar en el estudio de la obra de Juan Carlos y entender la trama familiar que sostuvo al "binomio" Figari, como los llamaba Carlos Herrera Mac Lean. Posee un diseño de montaje claro, iluminación correcta y varias pinturas y dibujos –notables "Las planchadoras", "Coche de plaza" y "Nocturno"– que dan cuenta del talento de este pintor que ha quedado eclipsado, en la historia de las artes uruguayas, por la figura de su padre.
Pablo Thiago Rocca
1. Figari, Pedro: «Juan Carlos Figari Castro». Texto publicado a la muerte de su hijo, Juan Carlos, en la Revue de l’Amérique Latine, Paris, 1.° de enero de 1918