Incendies
Ficha
- Titulo original: Incendies
- Dirección: Denis Villeneuve
- Género: Drama
- Protagonistas: Lubna Azabal - Mélissa Désormeaux-Poulin
- País: Canadá-Francia Año: 2010
- Duracion: 126'
- Elenco: Maxim Gaudette - Rémy Girard - Abdelghafour Elaaziz - Allen Altman
- Sitio oficial IMBD
- Disponible en:
- Tipo: Película
Ficha
Resumen
Nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera y basada en una obra teatral del libanés Wajdi Mouawad, Incendies es la historia de dos hermanos gemelos, Jeanne y Simon Marwan (Mélissa Désormeaux-Poulin y Maxim Gaudette), y de cómo la lectura del testamento de su madre les cambia la vida para siempre. Siguiendo los últimos deseos de Nawal (Lubna Azabal), se embarcan en una travesía de descubrimiento hacia Medio Oriente para exhumar el pasado de una familia marcado por la guerra, el odio y también el coraje.
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Trailer
Comentario de Cartelera.com.uy
En pocas palabras...: Un drama duro, potente, narrado con mano firme y con un gran manejo de los tiempos y los climas. Cine del bueno, tanto en su concepto como en los aspectos meramente técnicos. Y excelentemente actuado.
Marcados a fuego
Incendies - película nominada al Oscar 2010 como mejor filme de habla no inglesa -, además de ser el más reciente trabajo del director canadiense Denis Villeneuve (Québec, 1967), está inspirada en la historia real de la libanesa Souha Bechara y es una libre adaptación de la obra de teatro Scorched de Wajdi Mouawad, adaptada al cine por el propio Villeneuve junto a Valérie Beagroand-Champagne.
Este drama duro, potente, tiene su inicio en lo que aparentaba ser la rutinaria lectura del testamento de Nawal Marwan, madre de los hermanos gemelos Jeanne y Simon, que había muerto recientemente. Grande será la sorpresa de los hijos al enterarse que su progenitora guardaba secretos tan importantes como que el padre de ellos, a quien creían muerto, no solo vivía sino que además tenían un hermano, del que hasta ese momento ignoraban su existencia.
Por si fuera poco, la difunta madre les legaba también la casi obligación de entregar una carta a cada uno de esos parientes, cercanos en lo sanguíneo pero lejanos tanto geográfica como afectivamente. Para cumplir con esa tarea, tendrían que trasladarse hacia un país de Medio Oriente, que si bien no se especifica todo hace pensar que se trata de Líbano. La reacción primaria de los gemelos será bien distinta; mientras que Jeanne se siente motivada ante la posibilidad de conocer aspectos ocultos de la vida de su madre, su hermano Simon cree que todo el asunto es producto de los desvaríos de una anciana agonizante. Lo que ocurre de aquí en más es el verdadero meollo de una historia atrapante, devastadora y que llama a la reflexión en varios aspectos.
Narrada en capítulos que se especifican con nombres propios y recorriendo en forma intercalada distintas fases temporales, Villeneuve pone el acento en dos vertientes principales. Por un lado, y a través de la historia de vida de Nawal, se da cuenta de las cicatrices y horrores - pocas veces mejor usada esta palabra - que generó una guerra como la que sostuvieron por aquellos lares musulmanes y cristianos en las décadas del 60 y 70. El otro tema importante está en la búsqueda de la identidad de dos hermanos que, por caminos distintos, tratan de llegar a explicaciones y razones que corran el velo a interrogantes que los acompañó durante todo su vida. Villeneuve, con mano firme y con un gran manejo de los tiempos y los climas, no se guarda argumentos y es por demás explícito en el tratamiento de dos cuestiones tan ligadas entre sí.
Ya sea dosificando la información que se le brinda al espectador en cada capítulo y en la intensa fuerza dramática que campea a lo largo del filme (vale aclarar que la violencia y el dolor son retratados de forma por demás cruda) todo forma parte de un engranaje que irá acomodando adecuadamente sus partes a lo largo de más de dos horas de cine, tiempo que pasará casi inadvertido debido al grado de compenetración y empatía que se genera con lo que vemos en la pantalla. Si bien en el final - y con el fin de mantener un equilibrio en cuanto a los dardos que se disparan a un lado y a otro - puede notarse cierta exageración en algún comportamiento, en líneas generales estamos ante cine del bueno, tanto en su concepto como en los aspectos meramente técnicos.
El elenco, en especial el femenino, es uno de los principales aciertos de la película. La actriz belga Lubna Azabal recrea magníficamente la vida de Nawal, tanto en su juventud como en su rol de activista religiosa y, ya en su vejez, en el rol de madre sacrificada y silenciosa. Sus miradas penetrantes que trasuntan el dolor, su gesto contenido y hasta su forma de cantar aún en circunstancias para nada agradables conmueven desde una credibilidad y realismo como solo las grandes de verdad pueden alcanzar. El resto del elenco cumple acertadamente, con mención especial para Mélissa Désormeaux-Poulin, como esa hija interesada en develar las facetas ocultas en la vida de su familia; esas zonas oscuras que muchas veces marcan a fuego la vida de varias generaciones.
Por Pablo Delucis para Cartelera.com.uy