9

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Presentado por el pop de
  • Titulo original: 9
  • Dirección: Martín Barrenechea -Nicolás Branca
  • Género: Drama
  • Protagonistas: Enzo Vogrincic - Rafael Spregelburd
  • País: Uruguay-Argentina Año: 2021
  • Duracion: 105'
  • Elenco: Sofía Lara - Rogelio Gracia - Horacio Camandulle - Roxana Blanco
  • IMBD
  • Tipo: Película
Presentado por el pop de

Ficha

Resumen

Premiada en los festivales de Huelva (España) y Mar del Plata (Argentina), 9 cuenta la historia de Christian (Enzo Vogrincic), un joven jugador que se proyecta como una gran figura del fútbol mundial.  Vive aislado en un entorno lujoso y solitario, asediado por los fanáticos, presionado por la prensa y condenado a cumplir compromisos pautados por su padre (Rafael Spregelburd) que oficia también de representante. Christian siente por primera vez la necesidad de escapar.

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Trailer

Comentario de Cartelera.com.uy

El lugar del hijo


Para ser Uruguay un país con población, en general, tan futbolera es por lo menos llamativo que no haya más películas uruguayas sobre fútbol. Existen sí algunos documentales sobre hechos históricos vinculados al deporte (Mundialito, Maracaná) o sobre la historia y los hinchas de los dos cuadros más grandes (Nacional, una historia verdadera; 120: Serás eterno como el tiempo), varias de ellas producidas por la empresa Coral Cine. Pero dentro de las ficciones apenas podemos encontrar los antecedentes de El 5 de Talleres (2014), coproducción rodada en Argentina por Adrián Biniez, o Mi Mundial (2017), adaptación de la novela de Daniel Baldi. Hay que hacer también una mención muy honrosa a la miniserie Uruguayos campeones (2004), de Adrián Caetano, verdadera precursora.


Algunos de los temas de esos antecedentes reaparecen en 9 (cuya productora, Lucía Gaviglio, lo fue también de Mi Mundial), sobre todo en relación a las presiones internas y externas de un jugador de fútbol, a los vínculos familiares y a la siempre compleja relación con el éxito y el fracaso, ya sea en resultados deportivos o en dinero (dos cuestiones que muchas veces van de la mano). Pero esta ópera prima de los directores Martín Barrenechea y Nicolás Branca no es, por más que así lo diga su promoción, "una película sobre fútbol", sino sobre un joven metido dentro de una maquinaria que no controla, que moldea su vida y rige sus pasos y que, sí, resulta que esa maquinaria es el fútbol.


Lo interesante de la propuesta es que no pretende meterse a desentrañar el mundo del fútbol (lo cual sería casi imposible en una película) sino que pone su foco en la intimidad más absoluta de un jugador, en los deseos y en la pérdida casi total de control sobre su vida. En este caso se trata de una joven promesa que, aún en el inicio de su carrera profesional - y mientras se negocia su pase a un gran club de Europa - protagoniza un incidente violento en un partido internacional. La película comienza inmediatamente después de ese episodio, tras la llegada del protagonista de regreso al país junto a su padre, quien oficia también de representante. Los directores han declarado que su inspiración provino de la famosa "mordida" de Luis Suárez a Giorgio Chiellini en el Mundial de Brasil 2014, y de todo el circo que le siguió: la suspensión del delantero, el asedio mediático, los tres millones (o más) de comentaristas deportivos opinando a favor o en contra, y sobre todo la reclusión que le impuso al jugador su entorno como forma de aislarlo o protegerlo del resto del mundo.


A Christian le sucede algo parecido: su padre lo encierra en una lujosa casa, apartada de la mirada exterior, mientras le impone cumplir a rajatabla con su rutina de entrenamiento y alimentación, a la espera de que las repercusiones del episodio se disipen y se logre concretar la esperada oferta. Para retratar el aislamiento, la pérdida de identidad y la confusión que rodean al protagonista se hace uso de algunos recursos de puesta en escena cinematográfica muy simples y certeros, algunos incluso inquietantes: un personaje secundario que hace su entrada sigilosamente, portando una máscara con la cara de Christian sin ojos (como suelen ser las máscaras de cartón); el reflejo de la cara de Christian en un ventanal que se confunde y fusiona con la cara de su padre, como contrapunto de dos personalidades unidas pero opuestas; y esa casa vidriada que remite a una gran pecera, dentro de la cual Christian se mueve como un pececito atrapado, de aquí para allá, sin posibilidad de salida.


Como parte de las obligaciones contractuales, Christian debe ser evaluado por una psicóloga (una breve y estupenda participación de Roxana Blanco), instancia en la que, por primera vez, alguien le hace una pregunta tan simple y elemental que al parecer nadie le ha hecho antes: "¿y vos qué sentís?" Esa pregunta (y la introspección que desata en el protagonista) marca un punto de inflexión en la trama, que a partir de allí empujará lentamente a Christian a intentar responder(se) esa pregunta y desentrañar cuáles son sus verdaderos deseos.


Otro punto de inflexión en ese sentido es la aparición de Belén (Sofía Lara), una joven vecina del lugar por quien Christian comienza a sentirse atraído en sus esporádicas salidas. Es llamativo (o quizás no tanto) que en la historia de este personaje rodeado de hombres (en su casa, en la cancha, en todo el negocio y el ambiente que rodea al fútbol y del que apenas se exhibe una parte ínfima) sean dos mujeres las que lo impulsan de diversas maneras a encontrar un camino propio, a respirar por sus propios medios. A preguntarse, en definitiva, qué siente y qué quiere hacer con su vida.


El director de fotografía Matías Lasarte saca partido de esa locación casi excluyente y de su entorno inmediato, encuadrando al personaje de manera estática, casi clínica para luego empezar a soltar de a poco la rigidez de la cámara a medida que Christian se suelta y comienza a experimentar situaciones más esperables e incluso deseables para un joven de su edad.


En todo ese proceso es realmente estupendo el trabajo de Enzo Vogrincic, quien asume el protagonismo casi absoluto de la película exhibiendo matices de sensibilidad y vulnerabilidad como hacía tiempo no se veían en una película uruguaya. A su lado, el histrionismo casi grotesco del argentino Rafael Spregelburd en el rol del padre puede parecer por momentos algo desmedido, pero permite establecer precisamente la dificultad que enfrenta Christian para decidir qué y quién quiere ser dentro de ese vínculo. Porque 9 es, también, una historia sobre la necesidad de "matar al padre", citando una metáfora psicoanalítica que no es para nada ajena a esta película, después de todo.


Por Enrique Buchichio para Cartelera.com.uy

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